Los años 50 fueron años de estabilidad económica para Federico Cantú
Pronto se vio inmerso en una infinidad de obras por encargo que le permitirían vivir
holgada mente y así desarrollara mas de un centenar de placas de cobre al buril
una de esta es este Ángel cariátide – grabado a la punta seca en 1956 y que
años mas tarde se integrara a obras como Mona Casandra , Celosías de la UIC
y en una relieves en piedra
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